Divagaciones políticas a cualquier hora del día o de la noche. 07/01/2017
Cada día que pasa a unos pocos les interesa más y más sembrar el odio en este país llamado España, lo malo es que cada día también, por ambos lados, tienen más adeptos que lo único que hacen es repetir y repetir lo que les dicen como si fueran grabadoras, con el agravante de que cada cual añade un poquito de su lado haciendo la pelota más y más grande cada vez, convirtiendo todo en un alud que cualquier día nos va a enterrar a todos.
Recordad que en una guerra no hay buenos ni malos, ni santos ni diablos, cuando la vida peligra todos nos convertimos en ogros sin importar quien esté al otro lado, independientemente de las ideologías, todos, los de cada bando tienen su parte, digamos, ASESINA.
También recordar que en nuestra guerra civil no sólo se mataba por una ideología, sino por otras muchas razones, unas por estar en un lugar equivocado en un momento dado, otra por rencillas entre vecinos, parientes, etc.
Todo y por ambas partes fue una purga y, recordad de nuevo, muchísimas veces nada que ver con los ideales.
Visto todo esto, resumido, es verdad, pero no vale la pena extenderse, sino buscar una solución a eso odio que estamos volviendo a sembrar entre todos, si hay cadáveres de uno y otro bando que no han tenido una digna sepultura, que se desentierren y entierren de una vez y que cada familia cierre ese episodio, que de seguir así volveremos a hacer real por la estupidez de unos pocos.
No busquemos culpables, sólo quedan los hijos y los nietos y las historias que se les han contado, unas ciertas y otras pura fantasía, pero si se siguen alimentando cada vez el alud será más grande y nadie lo podrá parar.
No sembremos el odio, sembremos una paz permanente y trillemos un camino donde todos, he dicho todos, podamos ir para adelante.
Que eso no es muy posible, si el pueblo quiere sí, si algunos políticos y otros que son los jefes de ellos de facto quieren que siempre más odio, a lo mejor habría que pensar en otras soluciones y quitar a todos los políticos de en medio y que se dediquen a otra cosa, no a administrar un país, que demostrado está que para eso ninguno ha demostrado que sirva.
Y si me preguntan que tipo de gobierno tenemos y quien nos va a gobernar, la respuesta es simple, el pueblo. ¿Cómo? Existe algo que se llama Democracia Directa donde no hace falta ningún político que actúe de representante del pueblo y en su momento podemos discutir todos los detalles.
Todo esto son divagaciones mías, pero espero que por lo menos os sirva para pensar en el absurdo en que estamos viviendo y en toda la farsa que nos han inmerso.
Toni Oliver
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