Naufragó el poeta
Naufragó el poeta
navegando
entre grandes tormentas
de amoríos y penas
incendios internos
hielos como respuestas.
En medio de las turbulentas aguas
en esa noche negra
fuertes vientos
rayos y truenos
corrientes inmensas.
Cánticos en la oscuridad
despiertan al poeta
sobre rocas en ninguna parte
cantos y voces angelicales.
Nada ve, sólo escucha
las olas rompen en las rocas
acompañando en su vaivén
el canto de las sirenas.
Acaso diablesas
en busca de clientela.
Absorto el poeta
desplegando todas las antenas
se le eriza el vello
nada entiende ene sta noche serena.
Noche tras noche
esos cánticos en lo oscuro
celestial música para un moribundo
no muero, pero no ve el mundo.
Llega el alba
solo en esa roca
agua en doquier
todo por mirar
nada por ver.
Horizonte por norte
por sur o este
también por poniente.
¿Quién canta por la noche,
le alimenta y le da de beber?
Nada sabe, nada se ve
sólo agua y nada más por ver.
De la voz se enamora
un fantasma al anochecer
voz femenina si es
nada entiende, nada ve.
!Calla, no digas nada
dame la mano y sígueme
no temas, en mi confía ¡
Al poeta nadie ha vuelto ha ver.
Se rumorea por los puertos
en las noches de tormenta
cuando ya ebrios los marinos
historias de que se ven.
El poeta con la sirena
saltando sobre las olas
solitarios en la noche.
Iluminan los relámpagos
sus siluetas danzarinas
recorriendo los mares
como dos almas divinas.
Toni Oliver
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