Déjeme señorita
Déjeme señorita
que le tome la palabra
aunque medie la distancia
de montes valles y montañas
hasta brávidos mares para alcanzarla.
Déjeme señorita
que convierta las estaciones del año
todas en un instante
ese que se vive de constante
sin importar la época
ni el camino por donde ande.
No pensemos en el frío ni en el calor
que si de enamorados vamos
poco importa donde estemos
tampoco a donde vamos
sólo los pasos que juntos caminamos
sean en versos, risas o llantos
todos en la vida son necesarios.
Déjeme señorita
que le coja de la mano
con una la una
con la otra la otra mano
mientras la miro a los ojos
deseando sus labios.
No importa la lejanía
que yo le mando versos de cercanía
sentidos desde adentro
con orden inverso,
de dentro hacia afuera
quedando grabados a fuego.
Toni Oliver
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