Dedicado a todos esos músicos que tocan en cualquier parte y como audiencia cualquier gente que por ella pase.
La calle y su música
La calle y su música
alegrando el viandante
sonando como todo arte
en un mundo cambiante.
Tiemblan los dedos
sobre ruidosos instrumentos
su maestría en música lo convierten
ondas en al aire se convierten.
Suena el órgano
suena el violín
suena el violonchelo.
Los bongos de fondo
con los ladridos de un perro
se forma la orquesta
también suena la trompeta.
Se mezclan los sonidos del viento
soplando entre los barrotes de los balcones
danzan las palomas en su vuelo
cantan las gaviotas al son del rapero.
Planean las hojas de los árboles
en su caída hacia el suelo
bailan en su trayecto
al son del vals del violonchelo.
Suena el silencio en el parque
tiemblan los labios en su cante
a capela los sonidos
todo el parque unido.
El alboroto se ha formado
la policía ha entrado
con las porras en mano
al personal amenazando.
Suena la flauta de Amelín
las porras van danzando
de sus manos se han escapado
los tambores y bombos van tocando.
Sale el cocinero con sus tapas
a la percusión acompañando
en platillos las convierte
danzan los policías endiablados.
Saltan por los aires los uniformes
el pueblo va danzando
sigue la música sonando
la gente soñando.
En su danza las gentes vuelan por el parque
sin gravedad que interfiera
impresionante la fiesta
esa música que nunca pare.
Toni Oliver
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