Déjame el farol encendido
Déjame el farol encendido
para que no me pierda en el camino
me guíe por mis andanzas
hasta que te encuentre
y a ellas te añadas.
Deja que vislumbre a lo lejos
esa, tu ventana
que aun que esté encima de la montaña
escalaré hasta donde la luz se halla.
Deja la puerta entre abierta
quizás fuerzas no tenga
para llegar a la aldaba
y llamar a esa puerta
en la que en ella te hallas.
Aunque arrastras sea
me adentraré en la casa
te buscaré hasta que mi piel
se convierta en llagas.
El farol no apagues
la puerta no cierres
treparé esa montaña
llegaré aunque sean con las manos llagadas...
Toni Oliver
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