Que son mil años.
Que son mil años si la eternidad nos espera,
lo importante es disfrutar de cada paso sin importar la meta.
Y ese niño o niña que dentro llevamos,
que a veces olvidamos,
recogerlo en el viaje y jamás dejarlo de lado
que cuando caigamos en el charco
en lugar de pensar en la caída
nos recordará que pisoteemos ese charco
manchándonos de barro
y salpicando por todos lados.
Ese placer de mancharse por todos lados
sin más preocupación
que disfrutar en cada pisotón de ese barro
que sólo de niño se tiene hay que recuperarlo.
Toni Oliver
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