Si los políticos actuales, mención especial para este desgobierno, pero entran todos, hubiesen salido de la carpintería de Juseppì de donde salió Pinocho, ahora mismo estarían tan liados con sus narices que no tendríamos que preocuparnos por ellos, pues no habría ni Dios, fuerza natural o humana capaz de desenredarlos.
Toni Oliver
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