El violín, el cascarón de huevo y el desierto.
Caminando sin rumbo
por las ardientes arenas
del dorado desierto
donde el respirar quema
al andar los pies dejas
en cenizas convertidos
ya mezcladas con las arenas.
Mis cansados ojos
a lo lejos vislumbran
el oasis deseado
para refrescar esos pies
del fuego ya quemados.
Cuanto más ando
el oasis más alejado
pero a mi paso
un violín he encontrado
a su lado un partido cascarón
de huevo he hallado.
Buscando refugio
en el me he adentrado
violín en la mano
del arco acompañado.
Las dos mitades cierro
abandonando lo mundano
se eleva el violín
tocado por una invisible mano.
Sicodélicas luces
bailando al son mágico
se ese violín embrujado
sonando como endiablado
por manos de ángel tocado.
Ni el frío ni el calor
entran en el cascarón
mientras me lleva la música
bailando a su son.
Mientras bailaba
por mi vida viajaba
pasando por todos esos momentos
que uno ya ni recordaba.
Altibajos mentales
otros corporales
pasiones y tristezas
inesperados encuentros
unos buenos y otros quien sabe.
Sigue la música en el cascarón
cambiando de son
mientras sigo bailando
al son que va tocando
estoy en un cascarón mágico.
Toni Oliver
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